29 enero 2005

Flores nuevas y visita

Sus manos acariciando la superficie áspera de la reja era lo único que la mantenía en el cementerio, su mirada y sus pensamientos estaban perdidos vagando por un mundo sepia lleno de recuerdos. Ese día hacía demasiado frío, en su interior. Un frío constante que envolvía los huesos y persuadía su voluntad. Su alma vacía, su mente lejos, apenas un frágil cristal en el lugar de los muertos. Ella estaba muerta, ella no podía descansar, ella era transparente a las miradas de mejillas enrojecidas de ganas, de esperanzas, de anhelos. Recostada sobre la reja se dejó caer, hasta quedar sentada sobre la hierba escarchada. Miró la hora, suspiró, sacó de un bolsillo el estuche, se pintó los labios, se llenó de rubor, notó que estaba muy pálida, se colocó delicadamente las pestañas y frente a su pequeño espejito se acomodó la ropa. Una vez convencida, aunque nunca del todo, volvió a recostarse y colocó la pesada tapa piedra en su lugar, las manos cruzadas sobre el pecho, cerró los ojos y puso su mejor sonrisa, hoy era primero, día de flores nuevas y visita.

Ausencia

No siento las ausencias de tu mente, ni siento los colores de tu boca, conmigo sólo sueñas, conmigo sólo chocas. No pienses en vano, el ocaso no te da la libertad. Suerte que te sirve de consuelo.

28 enero 2005

Final

Hospital. Triste vacío de inspiraciones que llena mi alma. La luz de tus ojos me seduce y llena ese vacío místico que algún otro ángel ha dejado al irse. Mis ojos te desnudan, mis manos recorren esa hermosa naturaleza que otras sabias manos han sabido modelar. El impacto de tus labios sobre el cuerpo me hacen pensar que nada se puede mejorar, que ese magnífico momento es magnífico y nada más.

Sin embargo, la sonrisa en tu cara cambió cuando la línea que recorría la pantalla, una y otra vez, agotó sus espasmos. Mis ojos dejaron de mirarte para posarse en algún punto de la pared, lejos. Finalmente estallaste en un llanto ahogado.

No te apenes por mí, estoy en un buen lugar, me faltas tú, pero dentro de poco estaremos juntos otra vez.

27 enero 2005

Vidas al Óleo Negro

Mezquino estrato de la sociedad,
casas caídas,
vientos de furia,
sales de piedra,
gobiernan con astucia,
sienten el filo,
quiebran los pasos,
marcan el ritmo,
ritmo de viejos tiempos.
Se suceden los albores,
se nos muestran los caminos,
siendo flores
arrancamos flores,
néctar tan poco valorado.
No acepto ese regalo,
vergüenza ajena,
me quiero en otro lado,
conciencia de sustancia,
me voy, chau.

10 enero 2005

Una vez más

La esfera se llenó de imágenes deformando todo cuanto pudo ver a su alrededor. Tan sólo tres dedos la sostenían, como había sido siempre; el hombre lloró al descubrirla, como había sido siempre; la giró para un lado, para el otro, la miró fijo y volvió a cubrirla, como había sido siempre. Ese día el bosque estuvo más silencioso que de costumbre.

Primer paso

Coloque todo el peso sobre una pierna, levante el pie de la otra, adelántelo unos centímetros y apóyelo nuevamente en el suelo pasando ahora el peso de su cuerpo a esta pierna. Entendió?
No se pierda en una nueva entrega el Segundo Paso.