19 diciembre 2006

Similitud

"Es ya costumbre de mis teorías más lúcidas deshacerse al día siguiente, quedar como pruebas de una combinación asombrosa de ineptitud y entusiasmo"


Adolfo Bioy Casares - La invención de Morel




"cae una luz avara y razonable, semejante a la mirada que, después de una noche insomne, echamos a las decisiones tomadas con entusiasmo la víspera, a las páginas escritas sin tachaduras, de un tirón"

Jean Paul Sartre - La Náusea

20 septiembre 2006

Líderes

“...ante tanto salón alfombrado donde los líderes del mundo se reúnen a posar para los flashes sonriendo como fantoches de una galaxia lejana y sin el más mínimo encanto para redactar pactos que se rompen en el mismo momento en que se firman.”
Enrique Pinti - Galaxias de Poder
La Nación Revista 17-09-2006

ABC

“...para hacer el proyecto de esta casa, infectado de ecos, es cierto, pero a prueba de bombas”

“Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo”

“Viví (...) ocupadísimo en no morirme de hambre”

“Son diminutas y ásperas. Corté unas cuantas. No tienen esa monstruosa urgencia en morirse (flores)”

“...en la soledad es imposible estar muerto. Para resucitar debo suprimir a los testigos”

“...el agua, en silencio, como una vaselina de bronce, forzándome las vías respiratorias”

“El hecho de que no podamos comprender nada fuera del tiempo y del espacio tal vez esté sugiriendo que nuestra vida no sea apreciablemente distinta de la sobrevivencia a obtenerse con este aparato”

“Si admito la malicia, por qué desecho la distracción, la casualidad?”

“Considero que este pensamiento es un vicio: lo escribo para fijarle límites, para ver que no tiene encanto, para dejarlo”

“Puede pensarse que nuestra vida es como una semana de estas imágenes y que vuelve a repetirse en mundos contiguos”

“Si a Morel se le hubiera ocurrido grabar los motores...”

“Es ya costumbre de mis teorías más lucidas deshacerse al día siguiente, quedar como pruebas de una combinación asombrosa de ineptitud y entusiasmo”
Adolfo Bioy Casares - La invención de Morel

Transcurso

Caían migajas de un tiempo pasado, el recipiente tenía gusto a metal, y no me faltaba hierro.
Caían lentamente, casi degustando el aire, esponjosas.
Todo tiempo pasado fue mejor, en cada migaja me veo vivo, en el presente no tengo esa certeza.
Apoyado con las dos manos, apenas llego a la mesa, pero me intriga ver.

El viejo pez

“La puesta del sol es un momento difícil para todos los peces”
“Me alegro de que no tengamos que matar las estrellas”
“-Pez -dijo el viejo-. Pez, vas a tener que morir de todos modos. Tienes que matarme a mí también?”
Hernest Hemingway - El viejo y el mar

Herramientas

Cuando la única herramienta de que dispones es un martillo, una infinidad de objetos cobran aspecto de clavos.
Abraham Maslow

Busca

Los hombres que en su gloria se perdieron,
serenos como mantos de cristal.

Tiernos desamparados,
que buscan incesantes
el camino vedado,
el camino negado,
en sus mapas de oro.
Se ven morir
durante toda la vida.
Insisten, sobretodo.
Insisten, ante todo.
Nada los detiene,
excepto su destino.

Sigue girando

La pasión se centra en el estado miserable de mi ser, los sueños no se rinden, desagotan su lujuria en cada racimo perdido de piel. Crean formaciones de musgo y de viejo tiempo, que detienen el ahora y el después no llega nunca. Pero todo sigue girando, la mega rueda no para.

De colectivos y melancolía

-La melancolía es ese colectivo en la noche de un Domingo frío, surcando las calles de un barrio desierto, con una sola persona dormida por pasajero. La melancolía es que ese colectivo pase por la puerta de mi casa y se pierda en la boca de la noche.
-No, lo siento, la melancolía sos vos en la puerta contemplando ese paisaje.
-Quién te dijo que yo estaba ahí.
-Vamos, que te conozco un poco.

Contra la ceguera

Una sociedad devastada, cubierta de tierra, respira el ocre polvo arremolinado en el aire. Ojos negros que combinan con la piel transpirada. Mantienen su felicidad gracias a una niña muy bonita, de ojos celestes y cabello rubio, una carita de ángel ajeno, pero muerta y embalsamada.
El cajón se destapa sólo unas veces al año.

14 septiembre 2006

Jué pucha

"Mi memoria es magnífica para olvidar"

"Yo no viajo para ir a alguna parte, sino por ir. Por el hecho de viajar. El asunto es moverse"

"Algo debe haber hecho mal o no sería tan famoso"

Robert Louis Stevenson

La frase

Hoy, en Escocia (por fortuna del destino o del azar) un hombre ha pronunciado la frase más bella que toda la historia de la humanidad habrá de recordar. Más bella incluso, de lo que una simple conciencia humana puede apreciar. Luego, y sin tomar noción de su hallazgo, cayó irremediablemente muerto. El resto corrió con la misma suerte en un corto lapso de tiempo.

Los dioses se han enfurecido.

03 julio 2006

Miradas

Miro a través del ojal de tu alma. Y no me gusta lo que veo.

Jirones de mi historia

Los hombres sabios no se burlaban del ruso pues comprendían que estaba poseído del más sagrado berretín cósmico: el hombre quería vivir todas las vidas y estaba condenado a transitar solamente por una.
Alejandro Dolina – Crónicas del Ángel Gris

Manchas de marabunta

Manchas de marabunta
Tristes de caminatas eternas.
Con las patas sucias de tierra.

Sucias reflexiones

Ayer tiré el alma a la basura, estaba hecha harapos sucios. Ya no me cubría del frío siquiera. Hoy la quise recuperar pero ya se la habían llevado. Me revienta la efectividad de los basureros.

Sí nena

A veces siento vomitar el dolor de mi corazón.
Mancho la almohada con gotas de esa sangre.
Vacío de un sorbo los vasos de la culpa, me la trago sin más.
Sí, nena, te hago caso, siempre te hago caso, no te preocupes.

22 junio 2006

Pronóstico

Afuera ya caen las primeras bombas de la noche, pero el pronóstico dijo que por acá no hay peligro. Lástima que ya conocemos las precisiones del pronóstico.

21 junio 2006

Modelos

-Este te gusta? -mostrándole un modelo de anteojo- Me hace más intelectual no?
-No, para eso tenés que cambiarte el modelo de cerebro.
-Bueh, como siempre... Y estas botas no me dan una onda tipo dark?
-No.
-Che, siempre con la buena onda, qué amargo.
-Mirá, conmigo podés hablar de mil trescientos veintidos temas, pero siempre elegís uno de los mil que me tiene harto.
-Qué decís? Cuántos temas?
-Nada, te espero afuera.

20 junio 2006

Amarra

Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que (el alma) estaba amarrada a mi corazón.
Juan Rulfo - Pedro Páramo

Guijarro

-Pequeño saltamontes, estarás listo cuando puedas quitarme este guijarro de la mano. Eh, pero... dónde está el guijarro?
-Ejem, no está.
-Cómo, porqué?
-Honorable maestro, lo tomé ayer a la noche mientras dormías bajo el efecto del sedante que mezclé en la sopa, abrí con una ganzúa e hice todo sin que te despertaras. No dejé marcas sobre el piso de arroz.
-Dame el guijarro ahora mismo!
-Ejem, lo vendí.
-Cómo?
-Sí, diciendo que era el guijarro del honorable maestro, con ese dinero me tatué la sagrada imagen del tigre y el dragón, para evitar quemarme con la olla.
-...ya estás listo, vete...

Pequeño saltamontes dejaba a un maestro consternado, preguntándose fuerte alguna cosa, y con los dientes apretados. Afuera el día estaba hermoso y el pasto crecía verde.

Cobardía

Yo deseaba ser militar, pero ahora sé que no me era posible porque soy muy cobarde. A medida que el hombre se vuelve más complejo, también se vuelve más cobarde. Y para ser un buen soldado, lo mejor es ser un poco estúpido.
Jorge Luis Borges

Decodificaciones

-Bueno, qué le anda pasando?
-No sé, es este decodificador que no anda bien. Me tira mucha basura.
-Constantemente?
-Casi siempre, cada tanto me tira una obra buena, que puedo vender, pero salvo estas excepciones, siempre basura, cosas ininteligibles. Sabe el papel que gasto por mes?

14 junio 2006

Y ser...

Y ser el fantoche que va en romería,
con la cofradía del santo reproche...
Joaquín Sabina - 19 días y 500 noches

Voces en desuso

Despertó en la celda hermética donde aíslan incorrecciones. Un cuarto cerrado sin puerta ni ventana. Reconoció a una mujer sentada al otro extremo, el cabello enredado le tapaba la cara. Miraba hacia abajo, ensimismada.
-Socorro! -gritó impulsivamente.
-Esa voz ya no se usa más -exhaló apenas la mujer, sin levantar la vista.

07 junio 2006

02 junio 2006

Depende

El recuerdo profundo de un sueño más sueño que otra cosa. El recuerdo sombrío de los campos brumosos. Gris. El recuerdo humedecido de tus ojos cerrados. Duros e impenetrables. Gris de lluvia y frío. El recuerdo del amanecer cuando no hay nada que amanecer. Tu recuerdo. La vigilia insevible con dolor de cabeza. Lejos, muy lejos, tejerás nuestra historia de futuros inciertos.
O no.
Todo depende.

01 junio 2006

Peces de Ciudad

Compré el CD sólo por esto:
(hay premio para el que lo lea completo)

Peces de Ciudad
Letra: Joaquín Sabina
Música: Joaquín Sabina y Pancho Varona
Álbum: Dímelo en la Calle



Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d´Austerlitz.

Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.

Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.

En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,

pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar

y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.

El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.

En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.

Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.

26 mayo 2006

Proyección

Un día hice la proyección del acto de ir hasta la heladera y comer un huevo duro, detallista y profundo como soy, me di cuenta que iba a generar la tercera gerra mundial. Horrorizado cambié de idea, ahora me proponía tomar una siesta (glup glup glup), pero llegué a la misma conclusión tan clara como inevitable: provocaría la tercera guerra mundial. Con el tiempo supe que cualquiera de mis actos terminaba irrevocablemente (eh revocá gil!) con la guerra.
Así que ya saben, soy el culpable.

25 mayo 2006

Maldita Puntada

Lentamente volvió a tomar noción de sí mismo. Se sentía extraño, frío, como si parte de su cuerpo estuviera adormecido. Recordaba al detalle, dedujo que su estado se debía al extenso contacto con el suelo de baldosas. Maldita puntada que surcaba la nuca y explotaba en el medio de la frente. No tenía aspirinas. Siempre olvidaba las aspirinas.
Pasó unos minutos quieto, respirando, evaluando, no sabía cuánto tiempo llevaba tumbado de espaldas.
Se animó a abrir los ojos, el reloj de pie dominaba la escena, sin duda contaba muchos años en la casa, envuelto en una madera oscura varias veces barnizada. Ese maldito reloj, no había manera de ponerlo en hora, hermético, no atrasaba ni adelantaba un solo segundo. Lo conocía desde chico y sabía que era motivo de orgullo para la familia.
Sin embargo se había detenido. Silencioso. Por primera vez estaba quieto, las agujas esperaban, había algo en ese reloj que descartaba la posibilidad de una rotura. Los años de segundos interminables, exactos. El reloj no estaba roto; esperaba; miraba atentamente la escena; lo miraba a él. Las agujas se habían detenido segundos antes de que entrara. El reloj le daba la posibilidad de redimir sus actos.
Llegó a concebir una posibilidad absurda, pero no menos absurda que él mismo pensando una posibilidad absurda desde el suelo. Si bien disponía de tiempo, no sabía de cuánto y eso lo inquietaba.
Se sentó. La puntada. Pasó los dedos por la nuca, por la carne desgarrada y la sangre seca. Buscó alrededor la mancha de sangre y absorbió lo que pudo con su pañuelo, luego lo apretó contra la nuca y trató de ponerse de pie. Recogió el arma al costado y buscó el casquillo de la bala. Le costó sacarlo del zócalo dónde estaba incrustado e introducirlo en el caño del arma llevándolo tan atrás como su birome -y única herramienta- le permitía.
Caminó hasta el otro cuerpo, que había derramado más sangre. Dejó el arma en la mesa ratona y empleó nuevamente el pañuelo. Dos veces descargó el pañuelo sobre el cuerpo, había mucha sangre y estaba perdiendo la paciencia.
Maldita puntada. Malditas aspirinas.
Una birome no sirve para extraer balas, una birome y el dedo índice tampoco. Después de comprobarlo se dispuso a encontrar una nueva herramienta, siempre dentro de la sala de estar, que contenía su mundo y sus límites. Finalmente, en la hielera del bar encontró una pinza para sujetar cubitos. Le dio trabajo, la sangre le impedía ver bien el orificio y manchaba nuevamente el piso.
Introdujo la segunda bala en el caño y guardó el arma en el saco.
El cuerpo estaba rígido y era bastante pesado. Con un esfuerzo sobrehumano apenas pudo acomodarlo en el sofá, frente a la tele.
Del bar sacó un vaso, el anterior se desparramaba sobre el suelo, sirvió coñac, dos hielos, y lo dejó en la mesa ratona. Le dejó un partido en la tele, dio un rápido vistazo al reloj y salió de la casa cerrando la puerta suavemente.

15 mayo 2006

Viva

El día que me arrestaron corría por la Plaza de Mayo desparramando mostaza por doquier al grito de Vivan los chorros. Pero bueno, era otra época y los aderezos no salían tan caros.

10 mayo 2006

Destino

Semo los colectiveros, que cumplimos nuestro deber...
Les Luthiers
Faltaba media cuadra exacta para llegar a la parada cuando comenzó a correr desaforadamente. Había calculado la baldosa que oficiaba el punto de partida. Todo lo tenía muy bien estudiado porque, en ese momento, el semáforo mostraba el rojo.
Esta carrera atrajo la atención del destino que, mirando alternadamente al sujeto y al colectivo, dedujo que iba a llegar a tiempo para tomarlo. A simple vista esto sólo dejaba margen para que el colectivo acelerara de manera descomunal y pasara el semáforo en rojo, pero contradecía la arquitectura del chofer. Viendo que no podía alterar las circunstancias, el destino se puso a llorar y el sujeto subió al colectivo sonriente.
El colectivo se descompuso a las tres cuadras después de haberse desatado una tormenta que, hasta el día de hoy, cuentan los abuelos.

Presentimiento

Abrió los ojos y supo que iba a morir. Transcurría su último día. Empero desconocía el procedimiento que emplearía la muerte con él. Hubiera querido quedarse en la casa, en la cama, disfrutando de los últimos momentos. De esta manera creía que, por lo menos, no iba a ser doloroso. Mientras terminaba de reflexionar sobre sus próximos pasos, salía ya camino al colectivo. Un hombre como él no podía darse el lujo de faltar a su trabajo por obedecer un presentimiento absurdo, que en cierta forma era recurrente. Seis años tardó en conseguir el puesto, no podía faltar el primer día como de gerente de ventas.

Abrió los ojos y supo que iba a morir en un colectivo. Se tranquilizó. Estaba sentado cómodamente del lado de la ventanilla, examinó el colectivo, pocos pasajeros ensimismados, ausentes. Miró por el espejo al chofer, no vio nada extraño, ni rasgos de cansancio ni de locura aparente. La calle estaba tranquila, todavía era de noche. Más tranquilo, volvió a dormitar.

No llegó a ver el camión de diarios que impactaba furioso sobre el costado, a la altura de su asiento. Probablemente tampoco supo que fue la única víctima fatal, en un accidente común de todos los días.

Ego

Qué habrá del otro lado del ombligo.

08 mayo 2006

Alas

Alas
Yo ejercía entonces la medicina en Humahuaca. Una tarde me trajeron a un niño descalabrado: se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quité el poncho vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté:
-Por qué no volaste, m'hijo, al sentirte caer?
-Volar? -me dijo- Volar, para que la gente se ría de mí?
Enrique Anderson Imbert

Guía

Ya pueden adquirir en las librerías, la "Guía Práctica para reconocer actores callejeros y matarlos de un escopetazo".

Manchas

En las manchas de humedad sólo se pueden ver criaturas malignas.

10 abril 2006

Una lluvia espantosa

para Lucas
La perfecta sucesión de hechos se repetía incansablemente, día tras día. La locura ya vencida, ya degenerada en un infernal cansancio. Pero siempre había hecho lo correcto, no se permitía fallar y de ese modo, alterar la rutina predecible de lo que debía hacer. Todo debía funcionar, para eso estaba preparado, y en caso contrario debía solucionar las fallas con el menor y más tibio movimiento, casi pasando desapercibido, siempre que fuera posible.
Contra toda su voluntad, esa mañana se levantó. El baño, el traje, el maletín (odiaba los maletines), las etapas se completaban exitosas, ejercía el total dominio dentro de los límites de la casa. El desodorante que debía usar ya se dejaba oler suavemente a su paso, mientras desaparecía en la boca del subte. No, las esperanzas ya no se detenían en su vida, quizás las alejaba adrede, en todo caso no lo sabía. Franqueó la gran puerta de entrada, totalmente vidriada, la adrenalina se desbordaba por las tortuosas grietas del mal humor diario. Cada paso incrementaba la sensibilidad de todos sus sentidos, la cabeza se contraía en una gran piedra, el estómago giraba derramando bilis hasta la garganta, una gota se formaba cada vez más precisa, cada vez más fría, amenazando con deslizarse por el surco de su espalda y eso, eso haría estallar su mundo por los aires. Se detuvo frente al ascensor, del piso veinte hasta la planta baja había un minuto con sus eternos segundos burlones. Examinó la cavidad de metal, introdujo una mano, nada. Esperó. Nadie subía. El ascensor no se movía. Maldito mundo conspirador, maldito destino el de mis días. Se resignó una vez más, veinte pisos son demasiado por escalera.
Todo su ser se venció en el hastío que la llovizna literal sin causa, dentro del gabinete hermético provocaba cada mañana. Dos minutos soportando la inclemencia de un tiempo imposible, que mojaba el traje, el maletín, que recorría la cara y el cuello. Dos minutos de una lluvia interminable y periódica, que lo esperaba cada mañana. El piso veinte y el cese del agua, el agotamiento y las excusas cada vez menos eficaces, todo en el marco de una indiferencia total por parte de la gente.

Al final, a nadie le importamos.

31 marzo 2006

Filosofía barata y zapatos de goma

En cualquier momento podemos avivar la combustión de la mecha que compone nuestra vida, así veremos un espectáculo más delicioso, pero las mechas se gastan, y desencadenan consecuencias.

Me acabo de recibir de filósofo barato, terminé de cursar en una casa de Todo por 2 pesos. El título queda lindo sobre el botón del baño.

29 marzo 2006

Visiones

Para ver ciertas cosas es indispensable (como la despensa vio?) poner bizcos los ojos y predisponer el alma. Así y todo cuesta.

23 marzo 2006

Hijo del verdugo

Imágenes que uno no olvida, expresiones talladas en la retina por un cincel de dolor. Humedad en los rostros. Mariposas negras haciendo cosquillas en la panza. El no llegar a comprender nunca del todo. Nunca.

Casi como una película, en un día cualquiera, asistí por casualidad a un reencuentro morboso.
Carlos y yo éramos amigos de toda la vida, pasamos muchas, y bien fuleras. Discutíamos entonces acaloradamente sobre la clonación, los dos teniendo puntos de vista muy similares, pero por el mero arte de liderar la conversación llegamos a plantear una disyuntiva interesante que no daba lugar a conciliaciones. El timbre sonó tímido (es raro, pero juro que así fue). Por sobre la figura de Carlos pude ver un hombre que indudablemente pertenecía a la milicia. Malos presentimientos y atiné a correr hacia mi viejo amigo para evitar una pelea casi segura. Sin embargo algo en el tono de voz del extraño me contuvo. Hablaron un rato largo en voz baja. Luego lo hizo pasar con un gesto mientras desaparecía en alguna de las habitaciones. -Cabo primero Ramirez... bah Ezequiel. Mi dura expresión de desaprobación quedaba fuera de lugar, ese hombre estaba realmente mal. - Tomá, esto es lo que queda de él. Carlos le alcanzó un pequeño cuaderno amarillento y manchado por doquier, que Ezequiel abrió con calma, pasó un par de páginas para tomar conocimiento de la respuesta (algunos minutos no terminan más) y se llenó de lágrimas. Saludó a Carlos con un apretón de manoslágrimasfuerzadolorymuchasotrascosasqueélsolosabrá y se marchó.
Un sólo comentario enmarcó la situación y no quise preguntarle más, por respeto.
- Buscaba a su hijo. Creo que ahogué la débil esperanza que lo llevó hasta acá.

Luego volver a hablar de progreso tecnológico se hizo poco más que absurdo.
Esa noche hizo mucho frío y el colectivo no venía más.

10 marzo 2006

Es verdad

El pétalo sagrado de la flor de la rama del árbol del bosque de la tierra del planeta del universo del thëur de la pupila del ojo de la cara de la mujer que amo.
Eso quiero, le dije a mi genio de la lámpara, pero se me rió en la cara y desapareció. Sabía que tenía que comprar la otra, esto pasa por llevar siempre las ofertas.

No, no sé

Joaquín yacía duro en la cama, quieto.
Estaba espectante (?), aunque mantenía los ojos cerrados. En realidad tenía una gran idea, una brillante idea, quizás la mejor que se le había ocurrido en toda su vida, y evaluaba si sería lo suficientemente rápido como para correr al escritorio, coger un papel y plasmarla. O simplemente se convertiría en cientos de mariposas que se perderían por los rincones de la casa.

Inestabilidad

El problema con las palabras es que luego de escribirlas, algunas se mueven, saltan, me llaman la atención, y lo único que logran es atentar contra la idea central del texto. Seguro quieren ser las protagonistas de nuevas historias, otros comienzos, pero por suerte las mantengo en simples acotaciones.

07 marzo 2006

Sin sentido

Confía en las palabras a medida que la letra se deforme y adquiera velocidad. Los inútiles disponen de todo el tiempo del mundo para llevar a cabo su obra.

Ansiedad

Mis pequeños apéndices corrían peligro a causa de la ansiedad que me obligaba a destrozarlos de a poco, sacando prolijamente jirones de aquella piel que rodea en sus laterales a la uña. Somos pocos los que hacemos esto al revés del mundo, que como es debido, se come las uñas y las termina aislando en una masa de piel, ya inservibles, pobres uñas (*).
Pero mis pequeños apéndices corrían peligro, los incidentes habían desbordado a los pulgares y se concentraban en los índices, cosa que me preocupaba. Levanté la vista y el vaso de té vacío me obligó a descartar una opción, en realidad el tilo nunca me había hecho nada. Resolví saludablemente enfrentar el problema. Por suerte un médico oriental me había enseñado a desdoblarme, cosa que hice sin mayores dificultades, presionando aquí, tirando de allí y moviéndome enérgicamente hacia la derecha. En poco tiempo fuimos dos. Aquel conocía mi problema, eso es lo bueno de ser uno. Pero aquel era diferente, era un tipo de fiar, era quien yo hubiese querido ser, el que sabía, tomaría la decisión correcta a cada momento, ante cada encrucijada de la vida, aquel sabía conquistar mujeres (ellas sin duda lo adoraban). Me miró fijo, le di los guantes que atamos con dificultad, pero atamos al fin. Siguió una fiera pelea donde descargamos todas las energías, y que por suerte ganó él (en realidad ya sabía, podía confiar siempre en él). Hasta tuvo la delicadeza de acomodarme una almohada bajo la nuca y dejarme domir mis sueños de sangre y ardor tranquilamente.

(*) Formaremos una sociedad y algo ganaremos, no sé qué, pero algo.

Domicilio

Vivo en tu axila de verano, resbalando sobre las gotas de sudor.
Vivo en ese espacio tan íntimo que precede al pliegue central de tu cola.
Confieso que a veces desciendo al secreto oscuro de placer.
Vivo solo, evito los lugares comunes, ahí correría peligro.
Me gusta, siempre que puedo, recorrer la curva más bonita que se extiende mansa y firme sobre el muslo, desde la cadera y hasta la rodilla.
Hermoso y variado paisaje sensual. Además, no pago impuestos.

Visiones

El viejo tardó tres días en llegar, si bien la distancia no era excesiva, su andar conllevaba una lentitud triste marcada por los años. Cuando por fin se sintió seguro, se arremangó los pantalones, se sentó sobre el pasto virgen y dejó los anteojos negros a un lado.
Luego sólo esperó. Sabía que en corto tiempo vería el amanecer.

04 marzo 2006

Consideración

Vale no entender nada.

Brilla

Necesito que brilles. Luz Bendita. Hoy seremos compañeros. Acaricia el delicado verde. Llena tus pulmones. Brilla. Siente el espacio. Disfruta la obra. El camino es tan perfecto que inútil sería demarcarlo. El camino es todo. Es tu decisión. Mira lejos. Brilla con fuerza. Las flores se esfuerzan por volver la carita hacia vos. En medio del caos, tu extraño orden nos agrada. Gracias.

01 marzo 2006

Arquitectura

No hay azaroso destino que conciba estas líneas.
Todo a lo lejos, fuera de la humana comprensión,
está articulado por el arquitecto del mundo,
aquel que con sus hilos maneja a perfecta precisión,
los engranajes de nuestras puntuales y simples vidas.
Allá lejos, en la Fábrica del Universo todo
se escucha tic, se escucha tac, para luego tic.
Todo tiene su tiempo y lugar dentro del diseño.
Nuestros engranajes se aceitan una sola vez.
Muy pocas ocasiones nos ponen en atención del Maestro.
Deber nuestro es, cuidarnos y ser útiles al todo,
para volver, luego de una extensa pulida,
al sistema global de piezas y dientes sanos.
Si mal los engranajes se corroen
y descuidan su funcionamiento,
sin vacilar nos reemplazan por otros nuevos,
y nos tiran en la caja de la chatarra,
para nunca o quizás, volver la vista hacia nosotros.
Nos olvidan, nos desarman, nos miran con desprecio.
Ojalá no sea tu suerte, hermano mío,
y goces de salud plena en esta vida,
para que nos encontremos allá lejos en el tiempo,
otra vez, dos engranajes, algún día.

28 febrero 2006

Recuerdos

Aserrín aserrán,
los maderos de San Juan,
piden pan, no les dan,
piden queso y les dan un hueso,
y les cortan el pescuezo.

Canciones de la infancia, así estamos.

21 febrero 2006

Amanece

Verás ahogar la sangría de una noche sin tiempos.
Verás palidecer un oscuro negro.
Tendrás nuevas alas de viento sur.
Morirás, tal vez, para ver el amanecer.
Y sentirás bien dentro, latir un corazón.

20 febrero 2006

Conclusión

Como técnico, los problemas que más me gusta resolver, son los que existen sólo en la mente de las personas.

17 febrero 2006

De viaje

Acaricio tu cuerpo ingenuo de majestuosa belleza.
Acaricio tu cuerpo porque no me adviertes.
Acaricio las curvas con una pasión débilmente controlada por la lentitud de mis movimientos.
Acaricio tu piel imaginada de tacto fugaz.

Tu cuerpo me lleva a un estudio de pintura de antaños, construido en un altillo. Con un fino, finísimo manto de polvo cubriendo el suelo. Habitado por la magia del artista, inspiración de obras ya finalizadas y cantidad inmensa de ideas arremolinadas, a una temperatura necesaria para erizar la piel, pero no suficiente para molestar. El piso es de madera, fresca madera. La gran ventana deja pasar mucha luz, luz que cae sobre el piso dibujando contornos bien definidos. El lienzo está enmarcado, a la espera, blanco, virgen. Los pinceles esperan, todo el cuarto espera tu presencia para plasmarla y recordarla por siempre.

Adiós bella criatura, quizás otro vagón nos encuentre juntos. Quizás.

16 febrero 2006

Lejos

Hoy también los barcos zarparían. Todos los días regularmente las gotas de madera se deslizaban por el tranquilo río, casi en comunión de intenciones. Todos los días era Domingo, con ese leve polvillo mágico que cautiva los sentimientos y perfuma la inspiración. Mi lugar de reposo estaba esperando, mi libro ansioso de verme a los ojos abría las páginas donde sabía, la costa se veía maravillosa, tranquila.
No todos los días se descubren estos lugares apartados del mundo, vírgenes de huellas, y cuando se tiene la suerte de encontrarlos (o serán ellos que nos encuentran) no se puede más que continuar viviendo en ellos para siempre.
Algunas hojas de los árboles del cielo, no sé porqué, caen a la tierra en forma de paraísos escondidos, regalos celestiales que nos permiten creer.

Después me desperté porque el calor me estaba derritiendo y todo seguía igual, encima ya era tarde.

15 febrero 2006

Una sola reflexión

: (

Tiempos modernos

Y la picadora de carne (así como nos gusta llamarla) continuaba su actividad incesante, generando destinos para todos los inmigrantes. Varias etapas la constituían, en la primera, por dar un ejemplo, se seleccionaban aquellas personas con aptitudes para algún cargo político (la política había empeorado para entonces), según sus cualidades, el resto seguía hacia las etapas posteriores. Los que no lograban salir de la máquina en alguna de las etapas y llegaban al final, caían indefectiblemente en la picadora de carne literal y terminaban siendo hamburguesas.

Una excepción se daba con los artistas, estos al presentar el carnet que los acreditaba como tales, evitaban automáticamente todas las etapas y continuaban libres. Se valían de una antiquísima norma que casi por error había podido filtrar un senador, posteriormente asesinado.
En esa época era común ver por la calle unos monstruos llamados clasificadoras, que raptaban humanos de todo tipo para llevarlos a la picadora de carne, los brazos de las máquinas succionaban gente de una forma brutal, tal es así que el quince porciento del total de la carga moría al instante.

14 febrero 2006

Diálogo de pastillas

Sentado cómodamente en el sillón, me disponía a mirar por TV el show de "Compre todo lo que nunca va a usar pero cómprelo ya a ver si todavía se da cuenta", disfrutando a su vez de una rica y potasiosa banana (sí, banana). La luz de la habitación brillaba por su ausencia. Apenas tenue, daba una forma borrosa del living.
Alguien se aclaraba la garganta y alarmado lo advertí detrás de la barra del bar, se mantenía en silencio pero no me sacaba la mirada de encima, los ojos bien redondos y blancos, un bigote espeso y poca estatura. De tez oscura y camisa a cuadros.
- Disculpe, usted qué mira?
- Y usted sabe lo que hace?
- Comer una banana, hasta donde yo sé...
- Sabe quién cosechó con sus propias manos esa banana?
- No me diga que...
- Sí, yo. Con el sudor de mi frente.
- No me dijo que con las manos?
- No se haga el tonto que ya bastante tonto es.
- Entoncés estoy justificado- golpeó la barra con el sombrero.
- Basta, ya es suficiente.
- Sí, ya es suficiente -ahora otra voz, recién salida del armario. De algún lado la conocía, media regordeta, de unos cincuenta, ojos negros y la misma indignación. Pero ese delantal verde con borde blanco medio roto...
- Sí, ya sé, no me diga nada, usted fue la que me vendió esta banana, o me equivoco?
- No se equivoca.
- En general no me equivoco casi nunca.
- Bueno, yo no diría eso, en realidad no lo conozco tanto.
- Es verdad, pero no viene al caso conocerme, no?
- No.
- Vio que no me equivoco.
Los dos miraban fijo, los dos con una mueca desaprobatoria al unísono. La situación se hacía insostenible. No pude más que coger el abrigo y salir a caminar un poco.
- Chau, hasta luego, que sigan bien... -las palabras quedaron suspendidas en el ambiente espeso y neblinoso del living, con sus puntos suspensivos y todo. Salí casi corriendo, derechito para la Farmacia a comprar los remedios.

13 febrero 2006

En serio

No hay caso, por más que me esfuerce, practique y practique, aunque logre agarrar las monedas del vuelto en el subte lo más rápido que un hombre pueda, al darme vuelta, el señor que siga en la fila estará molesto por mi presencia. Es un tema que me tenía mal, te juro que hasta que volé la estación en pedazos me tenía mal. Igual, ahora tengo otros problemas que iré resolviendo a su medido momento.

(es fulero medir los momentos, no?)

10 febrero 2006

Sobre gustos

Me gustan las personas que pueden ver un problema sin el dramatismo innecesario, y mostrarnos las soluciones que en realidad conocemos pero no queremos aceptar. Me gustan las personas que actúan como si nada les sorprendiera, pero sin mostrarse altivos, sino serviciales y dispuestos. Parecerá que hay muchas, pero no, en realidad es muy fácil confundirlas por una clase más común y vulgar.

Además me gustan las papas fritas y seguir teniendo olor a desodorante.