17 mayo 2005

El puente

El puente era un juego, siempre lo había sido.
Nunca supe si llegó a tener noción del peligro, aunque no lo creo.
Ella era feliz y eso era lo que importaba.
Si la hubieras visto, con sus brazos haciendo avioncito, sonriendo y corriendo sobre la baranda de piedra.
Te juro que no me importaba nada más, en los ratos en que ella era feliz yo me sentía vivo, me sentía padre y creía estar haciendo lo correcto.
La última vez salimos del hospital bien temprano, deseaba ver la mañana, acomodé la silla cerca del puente, de ninguna manera hubiera soportado cruzarlo sentada, como una inválida, ella solita se sentó sobre la baranda, con las piernas hacia el río. Fue cuenstión de ir a buscar la silla y al darme vuelta venía caminando por la maldita baranda, pero sonreía, tenía las mejillas rosadas, era un solcito, con los rulos rojizos bien enredados, como debe ser en una niña.
No pude moverme.
No pude reprimirla.
No pude sacarla del río.
No pude verla morir en una cama.

14 mayo 2005

Pensamientos relevantes

El tipo se cansó de su vida y la quiso ahogar en el inodoro, mientras le presionaba la cabeza con las dos manos miraba a su alrededor y pensaba: che, qué sucio que tengo el baño... cómo se sacarán los hongos de esos azulejos...

03 mayo 2005

Dormiste bien?

Yo creo, sinceramente, y no se rían, que la maté porque siempre me sacaba toda la colcha, sí, en serio, no sé porqué ponen esa cara, ustedes no tuvieron que sufrir el frío que yo pasé, con muchos tratamientos para la supuesta bronquitis crónica y todo eso, yo les pregunto ahora, cómo me ven? no tengo ningún problema, estoy verdaderamente sano, sin mocos, ven? (inhalación profunda). Pero les quiero contar, para que no se malinterprete, porque ya sé que ustedes pensarán uy pobrecita, este tipo la mató sin consideración, la cortó en pedazos y la puso en la heladera, pero no es tan así, porque para analizar lo que hice hay que estar en contexto, y seguro que ustedes no la conocieron a Natalia, ella era... era de las que no hay, a la noche siempre había un besito, un chau mi amor hasta mañana, porque ella lo hacía todo muy bien y tenía una manera de esconder su verdadera repugnancia hacia mí que hasta a veces me daba miedo, me hacía dudar de lo que sentía, yo obviamente le seguía el juego, claro, no soy ningún boludo, chau mi amor hasta mañana, que duermas bien, qué duermas bien! entendés? hacía todo para seguirle el juego, y nos dormíamos cada uno en su lado, y con la colcha bien dividida, todo iba bien los primeros minutos, pero después comenzaba el problema, ella se daba vueltas para todos lados fingiendo que estaba dormida, y de a poco me iba robando la parte de la colcha que a mi me corresponde porque, es obvio que si dos personas duermen en una misma cama, la colcha se debe dividir en dos partes iguales, bueno, el caso es que así empezaba todo, giraba para un lado y yo sentía que la colcha de deslizaba un poquito hacia ella, quizás después se volvía para el otro lado y ahí aprovechaba y trataba de recuperar el terreno perdido, después la agarraba fuerte y me prometía que no dejaría ir ni un pedacito para el otro sector, pero en seguida se volvía a dar vuelta y la colcha quedaba tirante, entonces entraba todo el frío por el medio, porque esa parte estaba suspendida en el aire, entonces me resignaba y dejaba caer la colcha sobre la cama. No se imaginan lo que eran las noches, de a poco le fui tomando odio, un odio que nacía desde la boca del estómago, alimentado por su aparente desconocimiento de los hechos, aunque yo la conozco bien, ella sabía lo que hacía, ella me odiaba mucho más que yo, ella, enfundada en lo que parecía una mujer dulce y buenita, gozaba destrozando mis noches. No, jamás le dije nada, esto se convirtió en un juego perverso de apariencias, ella fingía y yo también, parecía el hombre más feliz del mundo, aunque a la mañana me levantara media hora antes para tomar la medicación y llorar en el baño deseando matarla. Cómo?, ah, sí, el día detonante fue una mañana en que me preguntó si había dormido bien, en ese momento pude ver en su rostro un halo de burla y no soporté más, les juro que estalló una furia en mí que no conocía, pero yo no la quise matar, en serio, la quise meter en la heladera para mostrarle lo que era dormir con ella, la insoportable de las ventanas abiertas, de la ventilación de los ambientes, la que no usa estufas porque le secan los ojos, se murió sola, lo que pasa es que la puerta no cerraba con ella dentro y justo quedaba medio afuera la cabeza, yo creo que por eso se murió, y después pensé, si ya está muerta, no le va a importar que la corte un poquito para hacerla entrar bien. Yo creo que es lógico, no? Ustedes no hubieran hecho lo mismo?