Vivo en tu axila de verano, resbalando sobre las gotas de sudor.
Vivo en ese espacio tan íntimo que precede al pliegue central de tu cola.
Confieso que a veces desciendo al secreto oscuro de placer.
Vivo solo, evito los lugares comunes, ahí correría peligro.
Me gusta, siempre que puedo, recorrer la curva más bonita que se extiende mansa y firme sobre el muslo, desde la cadera y hasta la rodilla.
Hermoso y variado paisaje sensual. Además, no pago impuestos.
3 comentarios:
Casi se me escapa un "qué belleza", pero su vocación de evasor da por tierra con cualquier intento de elogio.
Mal ciudadano...
'brase visto...
El viajar así es un placer...que no nos suele suceder...
Por lo menos es ecológico, no?
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