30 junio 2025

Peligros del baño

Cuando decidiste ceder ante la incredulidad de una fantasía semejante, una inmensa mayoría de conceptos te gritaron sin piedad desde rincones que no conocías. Un interlocutor oculto y enfurecido, derritiendo las barras inmóviles a pura fuerza bruta. Esquivaste los zarpazos de garras filosas, mientras seguías secándote detrás de las orejas. La toalla ya estaba húmeda y todavía te faltaba casi todo el cuerpo. Tuviste que pegarte a la pared mientras alcanzabas los hisopos, para permanecer dentro de esta realidad cotidiana de colores conservados. Un poco más de reflexión, unos minutos más debajo del agua caliente y te hubieras perdido para siempre.

4 comentarios:

Pablo Baico dijo...

Precisamente por todo lo aquí tan bien descripto es que siempre fui un destacado militante anti-baño.
Nada tan salvaje, cruel y monstruoso como las sensaciones que pueden aportar a nuestra desprotegida alma una dantesca ducha. Y ni hablemos si, al terminar, descubrimos que ya no quedan hisopos...

Demy dijo...

Conde, si ya no quedan hisopos, es la muerte. Lisa y llana.
Dejar de comprarlos es una forma indirecta de suicidio que todavía no está catalogada en el cielo, es una de las pocas trampas que todavía se pueden hacer.

Pablo Baico dijo...

Totalmente de acuerdo. Se habla mucho del papel higiénico como la gran cosa... pero no, eso se reemplaza con cualquier cosa (mejor no hagamos enumeraciones, pero todos sabemos). Ahora, desafío a cualquiera a que proponga un reemplazo decente y viable de un cósmicamente irreemplazable hisopo. Fracasará. Y por eso, precisamente, es condición "sine qua non" para la vida tal cual la conocemos.

Demy dijo...

Amén.