-Qué hacés?
-Tallo las patas del mundo.
-Y porqué te conformás? Porqué dorás las cadenas?
-Por miedo a las alturas. -Se encogió de hombros mostrándome lo obvio-. Al fin de cuentas, esto también es arte.
(y lloró)
-Tallo las patas del mundo.
-Y porqué te conformás? Porqué dorás las cadenas?
-Por miedo a las alturas. -Se encogió de hombros mostrándome lo obvio-. Al fin de cuentas, esto también es arte.
(y lloró)
3 comentarios:
Es de una precisión casi tan obsesiva como milimétrica: cada vez que encontramos que algo es arte, a centímetros nomás está el llanto.
Y comparto lo del miedo a las alturas. Antes que eso, yo directamente me comería las cadenas... doradas o incluso al dente.
Excelente texto. Gracias!
Marchen unas cadenas con bolognesa para el Conde!
Gracias, pero no olvide el queso rallado. (Todos sabemos que, así como la salchicha es la excusa para comer mostaza, ketchup y demás barrabasadas, porque nadie en su sano juicio valora el solo gusto de una salchicha, las pastas son sólo una excusa para poder ingerir cantidad insanas de queso rallado sin que la sociedad nos mire mal.)
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