Despertó en la celda hermética donde aíslan incorrecciones. Un cuarto cerrado sin puerta ni ventana. Reconoció a una mujer sentada al otro extremo, el cabello enredado le tapaba la cara. Miraba hacia abajo, ensimismada.
-Socorro! -gritó impulsivamente.
-Esa voz ya no se usa más -exhaló apenas la mujer, sin levantar la vista.
2 comentarios:
Hay gente jodida, ¿eh?...
Lo malo es que no sé por cuál de los dos lo digo.
Esa es la idea, calculo.
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