Estoy viendo a un pastor que, amparado en la religión cristiana intenta venderme todo tipo de amuletos sin sentido. Con la frente arrugada se desvive por mostrarme que tiene la solución a todos mis problemas y recrea situaciones irreales de la vida cotidiana como prueba de su compromiso. Hace exorcismos en vivo y en directo con gente que actúa mal, pero le pone ganas. Nos pide a todos que vayamos a sus misas (con los bolsillos llenos) y, cada tanto, aparece una señora contando cuánto le cambió la vida al ofrecer a Dios el último dinero que le quedaba.
Este pastor me habla de magia negra y trabajos, que él puede deshacer.
Y lo peor es que todo esto me molesta menos que su ridícula peluca.
6 comentarios:
Usted no necesita citas, usted se necesita.
Hay, que se me ponen colorados los pieses...
Lo que pasa es que un atentado a la fé, a la economía, a la creencia, a la confianza... nada de todo eso se compara con un atentado a la estética. Esto último no tiene retorno.
¿Quiere que le pongamos una fotito a usté también Demy?
Oh, sí... Demy muere por eso. Pero es muy tímido para pedirlo.
No gracias.
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